¿Qué son las habilidades blandas?

¿Blandas por qué?

Siempre que tengo que decir en qué temas soy formador apelo a la expresión «habilidades blandas». Si bien algunas de las áreas con las que he trabajado no pueden ser consideradas como tal, lo cierto es que este tipo de habilidades se caracterizan por ser más probabilísticas que certezas. Cuando trabajamos las conductas asertivas por ejemplo, no existe garantía sobre el resultado. Lo que hacemos al promover este tipo de comunicación de una manera determinada, es aumentar las probabilidades de éxito.

No es lo mismo que ocurre con las habilidades de un programador por ejemplo: cuando usted sigue una secuencia de pasos y escribe un código de determinada manera, puede estar seguro de lograr aquello que se propuso cuando escribió el código.

Imagina que las habilidades fueran un sándwich. Las habilidades duras serían el pan: sólidas, estructuradas, fáciles de medir (como saber programar en Python o hacer malabares con motosierras encendidas). Las habilidades blandas, por otro lado, serían todo lo delicioso que va dentro: el queso que une, la lechuga que refresca, el tomate que da sabor.

En términos menos comestibles, las habilidades blandas son esas características personales que te hacen un ser humano funcional y no solo una máquina de hacer tareas. Incluyen cosas como:

  • Comunicación (te ayudan a crear puentes y a coordinar acciones con otras personas)
  • Trabajo en equipo (cooperar y hacer que el resultado sea más que la suma de las partes)
  • Adaptabilidad (cambiar de planes sin tener un colapso nervioso)
  • Resolución de problemas (encontrar soluciones sin recurrir a la magia negra)
  • Liderazgo (guiar a otros sin sentirte como un pastor frustrado)

¿Por qué se llaman «blandas»?

Ahora, la gran pregunta: ¿Por qué las llamamos «blandas»? ¿Acaso son fofas y se derriten al sol?

  1. No son duras como una roca: A diferencia de las habilidades técnicas que son concretas y medibles, las habilidades blandas son más escurridizas. Casi nunca hay una fórmula.
  2. Son flexibles: Se adaptan a diferentes situaciones.
  3. Son suaves al tacto: hacen que las interacciones sean más suaves.
  4. Son difíciles de medir: Intenta agarrar la empatía. ¿Ves? No puedes. Por eso son «blandas».
  5. Son el cojín de las habilidades duras: Amortiguan el impacto de tu genialidad técnica en el mundo real. Sin ellas, serías como un martillo buscando clavos por todos lados.

Así que la próxima vez que alguien diga que las habilidades blandas no son importantes, recuérdales que sin ellas, el mundo laboral sería tan acogedor como una reunión de familia donde todos están a dieta.

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